Tenemos una tendencia a olvidar las cosas. Aprender significa asimilarlas en sí mismo. Aunque uno se olvide de las acciones en sí mismas, todavía permanecerá la lección aprendida. Es ser capaz de abrir la mente y el espíritu para nuevas situaciones y nuevas posibilidades. No significa volverse un mártir y sufrir con todo lo que sucede. Pero, cuando algo negativo pasa, soy capaz de tomar la mejor lección de forma que esto nunca suceda nuevamente. Es la llave de la evolución espiritual - siempre estar listo para aprender.
viernes, 31 de mayo de 2013
APRENDIZAJE: Cada día, una oportunidad
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